Que tienes que te hace hermosa...
El sentir ese sabor tan bello
junto a mí;
Un color acariciablemente delío.

Querida, preciosa, bella, hermosa...
Entre un sin fin de mares,
desiertos hermosos;
te veo querida
suave aterciopelada

frágil, amada,

Como duele tu encanto, Como
duele amarte...

¿Porqué este despertar tan extraño? Estoy segura de tener mis ojos abiertos; pero no veo nada. Trato de mover cada uno de mis miembros, y sin respuesta. No logró difuminar nada, solo logró oír de lejos la delicada voz de la dama que me dio la vida, la que no siento. El sueño eterno y el despertar. ¡¿Qué ocurre?! ¿Porqué después de tanto tiempo así en nada se acaba el aire? se va la vida.

Al siguiente día se lee en los diarios, familia practica eutanasia a su hija que lleva en coma once años.

La espera

Aquí sentado entre las sombras, van y vienen sin mirar; te topan sin querer solo cuerpos de papel diminutos en el mundo solo espectros en la luz. Aquí espero por ella tan pequeña y tierna es solo un cuerpo más, cuyos ojos hipnotizan al más pobre e ingenuo ser. Ya su camino a su encuentro como hormigas en su hogar un sistema de cristal sometidos en un mundo de gigantes de poder. Locas y absurdas ideas que abundan en secreto con tu beso se me olvidan caminando junto a ti.

Tendía de por sí a detenerse de mañana largas horas solo para contemplar sin palabras su bello perfil, en su mirada tan perdida y vacía. Tan inmóviles los dos como queriendo asimilarle. Siempre permanecía allí; los años no le cambiaban sin duda una belleza inmortal. Le quito la vida sin saber. Tan fría y tan constante, tan tímida. Su aspecto frío nunca cedió, dejando solo en tiempo que el desgasto su ser.
Un atardecer dorado; un deseo atrevido por mármol .
Le besa. Duerme en sus pies.